<< Vivir viviendo en gerundio y sin cuidado >>
Juro que puedo oír sus cabezas pensar
"¿será este el día?¿y si no vuelve?¿que pasará?".
Pobre muñeca rota.
En cualquier momento me pondré a ladrar.
Si supieran, si entendieran...
Me paro, aprieto los párpados y siempre lo obligo,
arrastro ese brillo de nuevo a su lugar.
Sé ponerme en mi sitio,
me rompo y me arreglo,
me desordeno y ordeno sola.
Así funciona.
No soy ninguna muñeca rota.
No hay ninguna princesa que rescatar.
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